miércoles, 28 de febrero de 2007

Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma

Por Matilda & NocheTrasDía
Cuesta mucho ser auténtica... y si no que se lo pregunten a La Agrado

Feminismo ‘chupiguay’

EMPAR MOLINER

Pues, qué alivio más grande, hombre. Por fin, puedo respirar tranquila. Por fin el sexista anuncio de la empresa Dolce & Gabanna ha sido retirado de España, gracias a las protestas del Instituto de la Mujer. Y a las de Los Verdes. Y a las de la Asociación de Usuarios de la Comunicación. Y a las de la Federación de Consumidores en Acción. Ahora, sin el anuncio, ya se han reducido las posibilidades de que nuestros adolescentes de sexo masculino quieran violarnos, pues, como todo el mundo sabe, cuando un adolescente de sexo masculino ve un anuncio como el de Dolce & Gabanna, en el que un hombre sujeta por las muñecas a una mujer tumbada en el suelo, le entra el gusanillo violento. Por eso espero que, muy pronto, también retiren de los videoclubes la película Supermán II, ya que hubo un adolescente que, después de verla, se puso una capa y se tiró por la ventana con la loable pretensión de volar. Desde luego, la culpa es de Supermán, no de este Ícaro posindustrial, que si no hubiese visto la película aún seguiría vivo. (Por suerte no llegó a ver Buscando a Nemo, si no, probablemente se hubiese tirado al mar).
Pero aún no estoy del todo tranquila. Del mismo modo que han retirado el anuncio de Dolce & Gabanna para no fomentar la violencia de género, considero que, por la misma causa, se debería retirar también otro anuncio que estos días estamos viendo en la televisión. El producto en cuestión se llama Iberia Protect y, colocado en el interior de la lavadora, impide que las ropas de distintos colores se dañen entre sí. (Yo, en el armario de la limpieza tengo siete paquetes). Hasta aquí, ni rastro de incorrección. Pero es que la voz en off del anuncio, que es una voz femenina, dice —cito de memoria— que el producto está pensado especialmente para los hombres, dada la incapacidad congénita de estos para separar la ropa por colores.
No sé, amigas. Decir en la televisión que los hombres no son capaces de separar la ropa de la lavadora por colores sólo puede significar dos cosas: que todos los hombres son daltónicos, cosa que es una falsedad, o que todos los hombres son tontos del culo, pero tontos, muy tontos, cosa que es (además de una falsedad) violencia psicológica de género. Y no me digan que ese anuncio es una exageración publicitaria, porque el anuncio de Dolce & Gabanna también. Si no permitimos el sexismo, no debemos permitirlo con ninguno de los sexos. Nada, nada. Hay que retirarlo, porque podría inducir a las mujeres a tratar a los hombres como seres inferiores. Y quien dice tratar, dice maltratar.
Además, no es el primer anuncio que es vejatorio con estos pobres seres que han tenido la desgracia de nacer con bolsa escrotal. Hay otro, de café soluble, que se caracteriza por tener un envase tan sencillo de abrir que sus fabricantes te prometen que, por fin, abriéndolo, los hombres podrán hacer más de una cosa a la vez. Desde luego, estos anuncios incitan a la vejación.
Después de ver este anuncio, nuestras adolescentes sólo tendrán ganas de dar un capón a cualquier hombre que vean. Por tonto. Supongo que las distinguidas miembros (con perdón) del Instituto de la Mujer no lo verán igual que yo. Tal vez ellas dirán eso de que las mujeres llevamos años de injusticias y vejaciones, y que, por lo tanto, ellas sólo se encargan de lo referente a las mujeres. En fin, no seré yo quien lo discuta. No discuto que llevamos siglos de injusticias y aunque crea que los siglos de injusticias no tienen nada que ver con un anuncio, me guardaré mis opiniones para mí. Pero, sinceramente, así como las feministas tienen excusa para no querer retirar este anuncio que les cuento, los que no tienen excusas son Los Verdes, los de la Asociación de Usuarios de la Comunicación y los de la Federación de Consumidores en Acción. Éstos, si se quejan del sexismo de un anuncio, deberían quejarse del sexismo del otro. Porque sería muy sexista que no fuese así. Mientras, yo sigo dando pasos de gigante hacia la corrección. A partir de ahora, cuando escriba sobre la prehistoria, no hablaré del “hombre de Neanderthal”. Hablaré de “la persona de Neanderthal”. O de “el/la hombre/mujer de Neanderthal”. Pero ustedes protesten por el anuncio, que yo no respondo de mí.

moliner.empar@gmail.com

Hoy tengo alma de blues ...

Por Matilda
Sin duda solo hay tres mujeres capaces de hacernos llorar con esta canción: Billy Holliday, Ella Fitgerald y ella...

ENTREVISTA: MARUJA TORRES Periodista y escritora


"Barcelona es mi esposa y Beirut se ha convertido en mi amante"

JUAN CRUZ - Madrid - 28/02/2007
Maruja Torres, barcelonesa nacida en 1943, vive ahora casi siempre en Beirut, la capital de Líbano, "un país sin futuro". Escritora, periodista, ha hecho de la autobiografía (desde Un calor tan cercano) su modo de referirse a la realidad. Y la de Beirut, y el Líbano, le subleva y le amansa, al mismo tiempo. Sobre esa realidad ahora publica La amante en guerra (Planeta). No olvida Barcelona. "Barcelona es mi esposa y Beirut se ha convertido en mi amante". Ayer presentó en Madrid su libro, y aquí lo cuenta.

Pregunta. ¿Por qué Beirut?
Respuesta. Para respirar. Era una necesidad fisiológica: estar allí, no alejarme. Cuando me fui, la primera vez, sentí que me iba con Beirut dentro; todo a flor de piel; las cosas que me pasaron allí me removieron los cimientos.

P. ¿Por qué?
R. Porque yo estaba aletargada viviendo aquí; escribía, tenía mucho reconocimiento público, pero había perdido a la reportera.

P. ¿Se cansó de Barcelona?
R. No. Siempre digo que Barcelona es mi esposa y Beirut se ha convertido en mi amante. Me cansé de mis paseos por el Ensanche, de mis dry martini con cuatro amigos... Y el último fin de año ya no pude salir con dos de mis más queridos amigos, Manolo Vázquez Montalbán y Terenci Moix, muertos... Y el 5 de enero era el cumpleaños de Terenci, y tampoco podía ser. Me fui a cenar sola a Casa Leopoldo, y luego recorrí todos los barrios en los que había paseado con ellos, y me dije al llegar a casa: "Nena, no más". Y decidí cambiar de sitio, irme a Beirut.

P. ¿Cómo llega a amar Beirut?
R. ¡Tenía una manía por Beirut desde que trabajaba en Fotogramas! También tenía pasión por Chile, pero ahora es un país normalizado. Pero Beirut es una palabra de nuestras vidas; podemos estrellarnos allí y al mismo tiempo te da lecciones de horror.

P. ¿Cómo es la vida cotidiana de un occidental allí?
R. Estupenda. Tenemos un nivel de vida ¡que te permite crear puestos de trabajo! Y darte el gusto de tener una profesora de árabe.

P. ¿Y qué sensación le produce ese contraste con una situación tan dramática?
R. No es tan grave la situación. En contraste con el Magreb, no hay niños muriéndose de hambre en la calle, consumiéndose entre las moscas, así que no se te crea mala conciencia. Lo más grave es que los libaneses carecen de futuro. Se van los jóvenes, y padecen la maldición de matarse entre sí cada 15 años... Se repiten los políticos que tuvieron, y muchos son gentuza impresentable. Eso les ha creado una decepción que les impide reaccionar. La gente joven carece de esperanza, y al mismo tiempo son muy diestros, muy capaces.

P. ¿Cómo se aborda literariamente el drama de Beirut? Dice que su libro es "una casi novela".
R. Es el libro que me ha sido más fácil. Hay libros que "se te dictan", que te eligen, éste es uno de ellos. Libros que te eligen, incluso en la forma. Empezó por el final de mi última experiencia, en agosto de 2006, y fue hacia atrás, recordando, a mi manera, desde el último drama hasta mis primeros recuerdos. De repente se me cruzó la idea de situar en medio del drama a un muchacho que puede tener la edad de un aborto mío. En el libro vamos juntos, perdidos en medio de Beirut, convertidos en personajes de ficción.

P. Una realidad que la convierte en reportera y novelista.
R. Eso es así. La realidad nos da las dos posibilidades, la ficción y el periodismo. Es la consecuencia de estar enamorada de un sitio, vive más que un simple argumento. Cada periodista tiene su Beirut. El de Manu Leguineche es Vietnam; otros tienen Sarajevo, como existió Madrid, o Nápoles, o París...

P. Y el de usted es Beirut...
R. Lo digo en el libro: me encontré con una ciudad fantasmal, demasiada tragedia para su tamaño, demasiados monstruos para una ciudad.

P. ¿El amor por un sitio condiciona su retrato?
R. Nunca he sido objetiva, pero creo que mi subjetividad es muy honesta. Estoy en un sitio, el Líbano, por donde pasa todo lo que ocurre en Oriente Medio. Lo dice Tomás [Alcoverro, corresponsal de La Vanguardia en el Líbano desde hace 40años] y lo dicen muchos: todo pasa por Líbano. El Líbano inventó lo que está pasando en Irak. En el Líbano hay 500 espías de EE UU e Israel tratando de desestabilizarlo todo... metiendo armas en donde ni se sabe...

P. ¿Nunca acabará ese drama?
R. No.

P. ¿Y qué tendría que pasar para que acabe?
R. Que acabara el género humano. Creo que hay sitios que están malditos por la geografía. ¡Imagínate qué pasaría aquí con toda la emigración que viene de África si éste no fuera un país consolidado! Aquél es un mal sitio geográfico que a principios de los sesenta era una bendición... Y después pasó todo lo que está pasando.

P. ¿Cómo es un libanés?
R. Un ser encantador. ¡Un conseguidor, como Agag! Yo los defino con la frase de Tennesee Williams: "Siempre dependí de la amabilidad de los otros". El libanés es muy amable con los extranjeros, ¡lástima que no lo sea con los propios libaneses! ¡A los extranjeros se lo facilitan todo!

P. ¿Y cómo afectan sus dramas a la cultura cotidiana?
R. No hay cultura; reciben el Vanity Fair antes que nadie, pero no hay cultura; se acabó en los sesenta.

P. ¿Y nunca tendrá futuro?
R. Su futuro es éste. Su forma de vivir es ésta. Y sobrevivirá a todos nosotros, la ciudad sobrevive siempre, es una roca. Es como una mujer que pierde a sus hijos, pero vuelve a parir.

P. ¿Su sitio para siempre?
R. Por muy putas que las pase, volveré. Tengo un billete para el 23 de marzo, a las 13.30, con Lufthansa. Con los alemanes sabes que siempre llegas, aunque te den bocadillos helados.

martes, 27 de febrero de 2007

Si me llaman Pasión por algo será

Decálogo de la libertad

Si la naturaleza ha creado alguna cosa menos susceptible que las demás de ser objeto de propiedad exclusiva, esa es la acción del poder del pensamiento que llamamos idea, algo que un individuo puede poseer de manera exclusiva mientras la tenga guardada. Sin embargo, en el momento en que se divulga, se fuerza a sí misma a convertirse en posesión de todos, y su receptor no puede desposeerse de ella. Su peculiar carácter es también tal que nadie posee menos de ellas porque otros posean el todo. Aquel que recibe una idea mía, recibe instrucción sin mermar la mía, del mismo modo que quien disfruta de mi vela encendida recibe mi luz sin que yo reciba menos. El hecho de que las ideas se puedan difundir libremente de unos a otros por todo el globo, para moral y mutua instrucción de las personas y para la mejora de su condición, parece haber sido concebido de manera peculiar y benevolente por la naturaleza, cuando las hizo, como el fuego, susceptibles de expandirse por el espacio, si ver reducida su densidad en ningún momento y, como el aire, en el que respiramos, nos movemos y se desarrolla nuestro ser físico, incapaz de ser confinadas o poseídas de manera exclusiva. Las invenciones, pues, no pueden ser, por su naturaleza, sujetas a propiedad.- THOMAS JEFFERSON
 
Vuelos Baratos y Bajo Coste