Me ha fascinado esta descripción que Henry Miller en Trópico de cancer hace de Matisse.
“Hasta después, por la tarde, cuando me encuentro en la galería de arte de la rue de Sèze, rodeado por los hombres y las mujeres de Matisse, no vuelvo a estar dentro de los límites auténticos del mundo humano. En el umbral de esa gran sala, cuyas paredes están ahora en llamas, me detengo un momento para recobrarme de la conmoción que experimenta uno cuando se desgarra el gris habitual del mundo y el color de la vida salta y salpica en canciones y poemas.
Me encuentro en un mundo tan natural, tan completo que me siento perdido Tengo la sensación de estar inmenso en el plexo mismo de la vida, en el centro, cualquiera sea el lugar o posición en el que me situé o la actitud que adopte. Perdido, como cuando en cierta ocasión me hundí en las profundidades de un bosquecillo en flor, y sentado en el comedor de ese mundo gigantesco de Balbec, capté por primera vez el profundo significado de esos sosiegos interiores que manifiestan su presencia mediante el exorcismo de la vista y el tacto. Parado en el umbral de ese mundo que Matisse ha creado, vuelvo a experimentar el poder de esa revelación que permitió a Proust deformar la imagen de la vida de tal modo, que sólo quienes como él, son sensibles a la alquimia del sonido y los sentidos, son capaces de transformar la realidad negativa de la vida en las formas substanciales y significativas del arte"
“Hasta después, por la tarde, cuando me encuentro en la galería de arte de la rue de Sèze, rodeado por los hombres y las mujeres de Matisse, no vuelvo a estar dentro de los límites auténticos del mundo humano. En el umbral de esa gran sala, cuyas paredes están ahora en llamas, me detengo un momento para recobrarme de la conmoción que experimenta uno cuando se desgarra el gris habitual del mundo y el color de la vida salta y salpica en canciones y poemas.
Me encuentro en un mundo tan natural, tan completo que me siento perdido Tengo la sensación de estar inmenso en el plexo mismo de la vida, en el centro, cualquiera sea el lugar o posición en el que me situé o la actitud que adopte. Perdido, como cuando en cierta ocasión me hundí en las profundidades de un bosquecillo en flor, y sentado en el comedor de ese mundo gigantesco de Balbec, capté por primera vez el profundo significado de esos sosiegos interiores que manifiestan su presencia mediante el exorcismo de la vista y el tacto. Parado en el umbral de ese mundo que Matisse ha creado, vuelvo a experimentar el poder de esa revelación que permitió a Proust deformar la imagen de la vida de tal modo, que sólo quienes como él, son sensibles a la alquimia del sonido y los sentidos, son capaces de transformar la realidad negativa de la vida en las formas substanciales y significativas del arte"
1 comentario:
A mi me fascinan todas y cada una de las descripciones que hace Henry Miller.
Si quieres date una vuelta por mi BLOG
saludos desde Tampico!!!!!
Raúl
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